
Azul en Azul
En medio del océano se intuye una presencia animal, eléctrica. El agua cobra vida, el aire se carga con un perfume único. Brota de pronto un chorro de vapor: una ráfaga de mandarina, violeta y albahaca. Al principio es un surgimiento, una aparición. Se muestra con un traje del color de los frutos del elemí, aterciopelado y brillante; destellos de millones de gotitas de agua. Una ballena que porta consigo la historia de los fondos abisales, historias compartidas de barco a barco, pasando por cubiertas que huelen a cedro, y por el vigor de las manos y la mirada de los marineros. En su estela, el frescor de los cítricos de principios de temporada aloja matices de salvia, nuez moscada y vetiver. Imponente como un navío, un acorazado. Su coraza es el cuero, que lo protege y diferencia, le presta su fuerza y guarda su secreto. Y el Capitán lo sabe.